Finally!!
Sipiu. Ya tengo espacio "estable" de trabajo. Un rincón terruño donde pasar el tiempo diseñando, cosiendo, leyendo, blogueando, dibujando (...), interneteando o piruleando. Vale que no es la repera, pero para mí es más que digno. Digno!
Me he dejado la piel montándolo. (Desgraaaaaaaaaaaacias... -leer al estilo de la serie "La estilistaaaaaaaaaa"... comentada por Perlita, que mola más-)
Todo en su sitio, incluyendo los vinilos de Chafi y los cómic del copón de mi padre -que no es que haya robado, sólo los estoy custodiando-.
Al principio, iba a dejar la cutremesa Mikael (chiú-chiú!) que me compré cuando compartí piso con Tati y Jimena (qué tiempos!). Ahí me hacía mis trabajillos compartidos del master (qué tiempos!). Pero era mucho trasto y no sabía dónde meter una papelera -que aún sigue vacía-, así que compré unas patas por separado y las atornillé a presión al tablero de la Mikael, que en paz descanse. Luego surgieron las ampollas en la palma de la mano.
Total, que me he dejado un poco de pasta en Ikea (where else?) y que estamos para vender que para comprar, pero ha merecido la pena.
Y la silla, que odiaba bastante, ahora hasta me gusta. Mola!
5 comentarios:
vale, soy una moñas llorica, pero las ampollas están ahí...
Pues te ha quedado genial!!!! Un compañero con el que trabajamos a veces dice que "el orden físico genera orden mental". Así que yo debería hacer lo mismo que tú... pero con guantes, Rita!!!!
es que yo necesitaría un traje acolchado para ir por la calle. soy toooooooorpe... :D
gracias, toñi!!
q mono tu rinconcín!!
:D
gracias, corresponsal!! aún no sé cómo pude reprimir las ganas de subir una n-ésima e idéntica imagen de él. jajaiajaja
Publicar un comentario