Jorge
La memoria tiene trampa. La memoria fija o borra los recuerdos a su antojo, los modifica y los da la vuelta. Y por eso escribo este, porque por tonto y banal que sea (y porque no hay fotos), no lo quiero perder.
Jorge, mi sobrino de casi tres años juega en los columpios este verano. Es un día radiante y tranquilo de agosto, como tantos otros, y Jorge pide que le empujemos, y casi vuela mientras se sujeta firmemente con sus manitas para no caer. Se eleva alto, y no deja de reír más y más.
Él no lo recordará nunca, y no es justo. El ser humano debería ser capaz de retener momentos como este, en los que somos pura y simplemente felices.
8 comentarios:
jum... los recuerdos de los sobris...
el otro día escuché a mi sobrino javier diciendo su nombre completo (avié aaadón) y me partía. hasta ahora sólo sabía que se llamaba javier y estaba enloquecido con el descubrimiento. :D
Los pequenyajos tienen una capacidad envidiable de disfrutar de las cosas más nimias.
Y yo también hago eso, escribir recuerdos que no quiero que se me borren. Y abrigarme con ellos cuando hace frío...
fija, borra y da esplendor, porque también juega malas pasadas con recuerdos que, en realidad, no son tales, sino invenciones.
y es que el ser humano es...
escribir lo que te ocurre es muy terapéutico, pero lo de rememorar el pasado no lo tengo tan claro. es necesario tener conciencia de nuestra propia historia, pero recrearse en ella no me gusta demasiado, prefiero el presente de cara al futuro. mola más, no?
saludos, gacela!
por cierto, gacela, he visto que tienes enlazado el libro de haruki murakami "kafka en la orilla". qué tal está? tengo ganas de leerlo, pero no sé si darle prioridad. lo recomiendas?
yo creo q es necesario recordar, tanto lo bueno como lo malo, y con recordar no quiero decir regoderarse.
y sí, gacela, los recuerdos bonitos, como este que escrito, dan calorcito y te sacan una sonrisa.
esa corresponsal a mil por hora!!!! :)
El de Kafka en la orilla es el que estoy leyendo (terminándome) ahora. A mí la historia, bueno, son dos historias paralelas, me ha enganchado, es un tocho de setecientas páginas y me lo he ventilado en una semana escasa (que bueno, para mi velocidad habitual es rápido :-)
Lo único es que también es un poco raro, ya me pasó con otro libro que leí de este autor. No lo puedes dejar de leer pero a ratos te preguntas "y este personaje por qué hace esto???". No sé si será por el estilo del autor o por las diferencias culturales entre Japón y nosotros...
Vaya, que tampoco sé si te he aclarado gran cosa!!
sí, vaya, parece interesante. lo que pasa es que, teniendo más de trescientas páginas, prefiero dejarlo para cuando tenga vacaciones o más tiempo, porque ahora sólo leo en el metro/bus y en la cama al acostarme y pasa que: 1.- son varios trayectos pero cortos y no da tiempo a concentrarse y 2.- tengo establecidas buenas marcas mundiales quedándome dormida.
pero lo leeré -algún día-. :D
gracias!
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