Indignada

Desde hoy, he cambiado de cafetería. Todas las mañanas, religiosamente, me acerco al bar que está en frente de mi trabajo y me tomo mi cafetito con leche, para tomar fuerzas y para aprovechar y ver el resultado de mi trabajo del día anterior (vamos, que me leo el periódico).
Este acto cotidiano me costaba, todos los días, 1,35 euros. Ayer, cuando fui a pagar, el camarero (más antipático y rancio que otra cosa) se me acercó y, en voz bajita, casi susurrando, (sería para no espantar a la clientela) me dijo: "el café ha subido, ahora vale 1,60".

Es decir, de golpe y porrazo lo suben 25 céntimos. Es decir, que una mierda de café (que, por otro lado, tampoco era para tirar cohetes) que antes me costaba la friolera de 224 pesetas ahora cuesta... 265!!

Sí, sé que a estas alturas no tiene sentido hacer las equivalencias, que todos sabemos que el euro fue el timo del siglo, y que todo está por las nubes, pero... no se están tirando de la cuerda demasiado?? Por el momento, a mi no me volverán a ver el pelo por allí.

Y, como me jodan mucho, planto unas tomateras en el balcón, meto un par de cabras en el baño, aprendo a tricotar jerseys y comienzo a autoabastecerme. Y para lo demás, volveré a la economía del trueque.