12.7.09

Casi 33


En poco más de una semana cumpliré 33 años. Una cifra que no me gusta, aunque no sé decir muy bien por qué. Puede que porque suena a un número tonto, a ni fu ni fa, a psshhhhh. Trein-ta-i-tres. La edad de Cristo. Tres y tres. Curiosamente, me siento un poco como la edad que voy a cumplir. Ni fu ni fa. Un poco contenta, un poco triste. Un poco ilusionada, un poco desencantada. Serán estos tiempos poco dados a los entusiasmos. Unos tiempos en los que, si analizo mi vida desde fuera, se podría decir que nada anda mal, pero en los que si lo hago desde dentro, tampoco puedo decir que nada ande bien del todo. O a lo mejor es que ser mayor era esto. Que no hay más.

Tienes un trabajo que a ratos te gusta y a ratos no, pero que no llena una vida, alquilas tu casita (o, si san euribor te lo permite, la compras), tienes pareja o no, sales un rato los fines de semana, viajas un poco si puedes. Una vida estándar que nos han enseñado a perseguir y que, cuando la consigues, pues eso, ni fu ni fa. Se está bien en ella, es cómoda, pero no genera grandes entusiasmos.


Dicen que los chavales de ahora sólo aspiran al éxito y al dinero rápido, conseguido sin esfuerzo. A nosotros, mi generación, nos educaron en el “estudia para tener un buen trabajo, un buen coche y una casa con jardín”. Y más o menos lo hemos conseguido. Y cuando ya lo tenemos… ¿qué? ¿no hay nada más?
Nos educaron en los pequeños objetivos. Nos educaron para no cambiar el mundo. Nos educaron, quizás, en la idea de felicidad de otra generación, la de nuestros padres, criados en la carencia. Y supongo que a la gran mayoría le vale lo que hay, no sé, la gente, por lo general, parece medianamente feliz, o al menos aparentan serlo.

Aunque a algunos se les escapa alguna vez un leve tono de protesta, un quiebro en la voz, un pequeño comentario de hastío, que revela que no todo es tan de color de rosa como parece. O yo que sé, igual son sólo espejismos en los que quiero saberme acompañada. O quizás es sólo que a veces pienso demasiado y que la felicidad es simplemente esto.

6 comentarios:

Perlita de Huelga dijo...

Mira, yo pienso lo mismo que tú. Muchas veces estoy pssshhh después de aber estado en una montaña rusa continua, ¿y ahora qué?
¿A tener hijos?
Pues no, nena.
A disfrutar. Como el otro sábado que nos comimos un helado tan ricamente. O a discutir de Los SOprano, o a ver si consigo meterme en el embrollo de Perdidos, que ando por la cuarta temporada. O contar los días para las vacaciones.

Pero yo tengo cada vez más claro que mi visa no me procura ninguna felicidad. Así que la tendremos que buscar por otro lado y tiene pinta de ser más barata, gracias a dios.

Rita dijo...

corresponsal, que aquí el blogger dice que el html de esta entrada es i-na-cep-ta-ble.
maldito...

Rita dijo...

...no era de ésta, era de la anterior. suuuurry.

Corresponsal en Palma dijo...

eich? q el html es qué?

a mi que me registren...

rita jc dijo...

menudos tipejos!! :D

uys, qué poco te queda... uhhhh...

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en todo (por cierto, felicidades), pero tenemos que intentar salir del ni fu ni fa diario y aunque todo no sea de color rosa, tenemos más cosas que merecen la pena y que nos hagan sonreír de lo que a veces creemos (quizá sea esto otra forma más de autoengeñao,quién sabe...).

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