12.5.08

Mi casa, ese reino animal


No, no me he comprado perro o gato, ni he adoptado una iguana. Tampoco ha entrado en casa ningún hombre, salvo de paso y sin quedarse a dormir. Sin embargo, los animales campan a sus anchas por ella.


Que fue llegar el otro día de una cena que se alargó más de la cuenta (digamos, a las 6 de la mañana) y me encontré un polillón del tamaño de Ibiza en la pared del cuarto. Como soy muy aprensiva para todo lo relacionado con aplastar o fulminar bichos, y mucho más para tocarlos con la mano, decidí abrir la ventana para que volara libre, en plan Heidi con Pichí. Pero la muy tonta prefería quedarse dándose hostias contra uno de los focos del techo, así que me vi obligada a echarla a trapazo limpio, saltando sobre la cama en bragas y con la ventana abierta de par en par... un placer para el voyeur de turno, en el caso de que los tenga.


Al final la eché, creo que herida de muerte. Pero la naturaleza ha decidido tomarse su venganza por mi crimen y, ayer, cuando volví de Madrid sin haber dormido apenas y cansada del viaje, abrí la puerta de mi casa y lo primero que me encontré fue un reguerito de hormigas que campaban a sus anchas por la cocina y el salón. Dada la patética experiencia con la polilla, decidí tomar el toro por los cuernos, agarré el flus flus y las gaseé, siguiendo el reguerito hasta llegar al foco que, a día de hoy, está aún por identificar.


Muy ufana de mi intrepidez y resolución frente a los invasores me fui para la habitación, dispuesta a echar un sueñecito reparador antes de ir a trabajar. Cual sería mi sorpresa cuando miré la pared y vi... a la polilla ibicenca!! O a su hermana gemela, que lo mismo me da... vuelta a empezar, trapo en mano,saltos sobre la cama... sin espectáculo pseudo porno esta vez, eso sí...


Y hoy mismo mi teoría de que la madre naturaleza me quiere su vendetta se ha confirmado. Ya no hay rastro de hormigas, ni de polillas... pero sí de moho. Una pelusilla ha decidido crecer en el cesto de la ropa sucia, sobre el mimbre y, aunque la he erradicado sin piedad y el cesto va a ir a la basura en unos minutos ya me imagino a esa pelusilla, creciendo silenciosamente por la noche, reptando por los muebles hasta cubrirlo todo...


No sé si el moho es animal o vegetal, ser vivo o cosa... sólo sé que tengo miedo.

2 comentarios:

Corresponsal en Palma dijo...

añadido al post:
ayer fue una mosca la que me torturó, zumbando en mi oido, hasta las tantas de la mañana.

Patri Jorge dijo...

antipolillas y flis....por aquí atacán los mosquitos, quita, quita...Un beso

Blog Widget by LinkWithin