15.5.07

Extrañas formas de ligar


Como ya sabrán muchos, ando buscando compañero de piso. Como soy moderna y actual, no tengo preferencias respecto a si es hombre o mujer. O mejor dicho, sí que las tengo, prefiero un hombre, que las tías somos todas unas jodidas picajosas y cuando nos entra la mala hostia podemos llegar a ser pérfidas (hace poco escuché de boca de una mujer algo así como “si se pasa un pelo le echo alcohol en las lentillas”… fuera de coña o no, esa idea sólo se le puede ocurrir a una tía).

Pues con estas premisas puse un anuncio y ha arrancado el “casting 2007” y, por el momento, ha comenzado variadito: dos pilotos guapetones que querían cama grande (será verdad eso del buen entendimiento entre pilotos y azafatas), un señor de cuarenta y tanto que lo primero que me preguntó fue por la conexión de la tele en su cuarto (el tío debía ser más autista aun que yo), dos o tres argentinas que también querían cama grande (en este caso, porque venían con novio y con madre respectivamente)…

Un panorama desolador, sí, aunque la palma se la han llevado dos individuos que, con un carácter práctico a la par que muy masculino, no han desaprovechado la ocasión para tratar de ligar al tiempo que buscaban piso.

El primero de ellos, Andrea, de Milán, cumplió en sólo veinte minutos todos los tópicos sobre el ligón-italiano-chulo-playa… llegó a mi humilde hogar y, pese a que traté de hacerle el recorrido de rigor por la casa (“este es el baño, este es el horno, este sería tu cuarto…”), apenas ni la miró. Estaba más preocupado por seguirme con la vista a todas partes, mientras me ametrallaba con sus preguntas… que si cuantos años tenía, que de donde era, que si salía por ahí por las noches, que si que de cosas teníamos en común… para colmo cometí el error de invitarle a un cigarro y ya no hubo forma de despegarlo del sofá, pese a que, harta de su interrogatorio, me puse a cocinar la comida para el día siguiente dándole la espalda…. A los pocos días recibí una llamada suya. “Ciao, como estás? Al final he encontrado un piso pero, ¿nos tomamos una copa algún día?”.

El segundo friki de este tipo fue aún peor. Jerezano, 45 años. Venía a Palma por unos días para encontrar trabajo arreglando o pilotando barcos, no me enteré muy bien. El caso es que quería meterse en mi casa por cinco días “por que los hoteles zon mu caro, hija”. Como soy tonta y a veces empática perdida - aunque desde el principio tuve claro que pasaba tres pueblos de su propuesta, que vete a saber la clase de psicópata que se me podía meter en casa- me hice la guay y le estuve aconsejando donde tenía que buscar piso y donde no (por eso de mi experiencia de haber acabado en el Bronx mallorquín por desconocimiento). Ante ese dechado de amabilidad, se debió emocionar y me dijo que me llamaría cuando llegara a Palma.


Por supuesto, a los dos minutos de colgar, borré a aquel tipo de mi mente, hasta que una semana más tarde, recibí otra llamada “Hola! Zoy Antonio (nombre ficticio, mayormente porque no me enteré en ningún momento de cómo se llamaba), el de Jeré! Escusha, que al final he cogío un hotel, pero como voy p’lla, que he pensado que a vé si te apetece quedá conmigo y nos tomamos unas cervecitas y me cuentas y me aconsejas por donde puedo buscar casa y trabajo y to eso… oye! Te gusta el ron? (creo que me dejó tiempo a meter baza y decir “no”) Es que yo bebo uno especiá, mu bueno, y he pensao que podría llevarte una botellita de aquí y nos la tomamo junto!” Mi cara de estupor debía ser un poema. Porque había soltado una parrafada de dos minutos sin dejarme abrir la boca, y porque no fue hasta ese mismo instante cuando me di cuenta de su estrategia de “pobrecito-de-mí-que-soy-nuevo-en-la-ciudad-adóptame”…

Para no tener que mandarle a la mierda directamente, le dije que me llamara cuando llegara, y acto seguido grabé su teléfono en mi agenda con el nombre de “NO COGER!!!”. Y dio resultado. No cogí la primera llamada, ni la segunda, ni la tercera, ni la cuarta… con la quinta no surtió efecto, porque el muy capullo me llamó desde otro teléfono y claro, caí. No me quedó más remedio que mentir como una bellaca y decir que me iba fuera de la isla durante esos días… No me cabe ningún tipo de duda de que no coló pero… ¿a quién le importa con semejante psicópata?
p.d. la foto no tiene ná que ver, pero me hizo gracia...

5 comentarios:

Rita dijo...

jajjajajajajaja...
algunos hombres están fatal, fatal, fatal...
y algunas mujeres también, que lo de las lentillas me ha dado más miedino que el descubrimiento de la materia oscura.
besos!!!

Gato dijo...

Jajajja!

Toma tú las riendas de tu selección: si no la has visto, cógete "A tumba abierta" y apúntate las preguntas a los candidatos. Le darás la vuelta a la tortilla...

Corresponsal en Palma dijo...

jaja, y aparecerá ewan macgregor en mi salón??

Perlita de Huelga dijo...

jajaja si, claro, si cogemos una güija seguro que se te manifiesta, jajajajajaja

Nena, que cruz con lo tuyo con los raros. No sé si me da más miedo que tenga 45 años o que sea jerezano. Pero que mal rollo, tía....

Corresponsal en Palma dijo...

si, lo mio con los frikis es todo un don.. y no me quites la ilusión de lo de e. mcgregor, que desde q lo vi en trainspotting, todo escuchimizado y yonqui, no hago más que soñar con él!

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