Amanece, que no es poco
Un día de estos, y de no utilizarlas, voy a olvidarme de todas las contraseñas que necesito para todas las cuentas de correo y blogs que tenemos habilitadas. Antes de que esto suceda, aprovecho para meter un entrada vacía -de interés- ahora que tengo un poco de tiempo libre (es lo que tiene comer como un pavo).
Uhm... ¿necesito hablar de algo concreto en un blog o cualquier cosa vale? Creo que cualquier cosa vale.
Uhm... ¿puedo hablar de lo que estoy leyendo o es un coñacín? Es un coñacín, pero a falta de algo mejor...
Vale, bien, pues estoy leyendo el final del libro El Sentido Religioso (Luigi Giussani) para aportar algo a un trabajo ajeno, acabo de terminar La Catedral del Mar (de no recuerdo, pero es abogado y tiene cuatro hijos) y sigo con España Invertebrada (de Ortega y Gasset, qué bien, qué bien). De los tres me quedo con el de Ortega y Gasset, aunque el prólogo de Trillo se hace un poco petardo.
Con los últimos libros que he leído (y no necesariamente estos) he reforzado la idea que ya tenía acerca del optimismo y pesimismo -o al revés, según quién haga la lectura-. Y es que no entiendo por qué mucha gente disfraza sus momentos peores con un optimismo irreal que, a la larga, sólo puede perjudicarles. Porque, creo yo (y ya sé que no es mucho) que deberíamos darle el justo valor a los momentos malos y las jodiendas que nos caen encima, que valorarlos enorme y pausadamente y hasta recrearnos en ellos, para después poder valorar correctamente los momentos buenos. Habrá algo más vacío que un momento bueno sin haber vivido un momento malo? Por qué se piensa que hablar de lo triste, tedioso, preocupante, agobiante, amenazante,... es como propagar una pandemia al mundo? Acaso no forman parte de nuestras vidas todos estos pensamientos? Y no es mejor soltarlos al viento que dejarlos pudrir dentro?
Dar la chapa, no. Pero compartir con las personas que más te importan... totalmente, sí. Y si tiene que ser desde un blog, pues que sea así (pesimismo compulsivo).
Sigo con lo mío, que tengo mucho curro!!
9 comentarios:
OLEEEEEEEEE
Por fin alguien de los míos. Ahora se lleva el optimismo a lo bestia, a todo hay que sacarle el lado bueno, todo es para bien, no se puede uno quejar nunca, ni señalar lo malo... No aguanto a la gente que es así, algo en mi pesimismo galopante se revuelve ante tanta positividad, sobre todo porque muchas veces es fingida. Subrayar lo malo parece un tabú, como lo era en su día mencionar a la muerte.
Gracias por la mención especial, seguiré desgranando mi pesimismo, y cualquier nota de positividad será bienvenida...con mesura, claro.
Un besote
totalmente de acuerdo contigo!! y espero que lo sigas desgranando a menudo.
un beso, guapa!!
me alegro de volverte a leer, rita!! por un lado, me das envidia, por lo de leer tres libros a la vez -últimamente estoy torda perdida y no logro concentrarme ni en uno-, y por otro, pues que tienes razón, que lo bueno y lo malo forman parte de la vida, aunque parezca que sólo se puede exteriorizar lo primero. a mi siempre me ha dado la impresión de q cuando he estado mal o simplemente cuando no he sido la alegría de la huerta, la peña ha salido por piernas.
pues estoy contigo totalmente, a mí me ha pasado igual y, la verdad, te sientes muy incomprendida y empiezas a darle el justo valor a las cosas/personas.
así que sólo me queda decir que espero que la distancia no sea inconveniente para hacerte oir. un besazo y ya nos irás contando!
gracias, rita!! de todas formas y no sé si para bien o para mal, soy optimista hasta rayar la estupidez...
corrijo: para bien. el optimismo ha sido mi tabla de salvación muchas, muchas veces
parece que el blanco es al negro como el optimismo al pesimismo. sin uno, el otro no tendría sentido y los colores y las emociones intermedias no existirían.
mi postura es que no hay que eliminar el negro con falsos blancos, porque también es bonito y parte de nuestra vida.
por lo demás, viva el blanco y las tablas de salvación y las calmas tras las tormentas y el asimilar que vendrán tiempos peores y mejores y peores y mejores y así hasta que ya no venga ningún tiempo más!!
en fin, que nos dejen ser personas adultas y no vivir en un mundo multicolor, que para eso ya están los teletubbies -y me resultan muy siniestros-.
ya t digo... esos cuatro esconden algo...
Umm yo me he suumado recientemente a la ola de pesimismo (moderado) para poder disfrutar de los buenos momentos. Pero más que pesimista soy una agobiada de la vida.
Publicar un comentario