Vida contemplativa (contempleitin life)

Por fin hemos cerrado el número de marzo. En las semanas que ha durado la elaboración de la revista, llegué a pedir internamente (y en mi nick del messenger) un clon que por lo menos me hiciera la compra mientras yo escribía reportajes y acosaba a los colaboradores para que me entregaran los suyos a tiempo (que vergüenza he pasado llamándolos 500 veces al día, por dios).

Como era de esperar, ningún científico me clonó (menos mal, solo faltaba otra como yo pululando por ahí), pero al final el milagro llegó en forma de nueva redactora en plantilla y regreso de la que estaba de vacaciones, que me han corregido todos los textos con una rigurosidad y una paciencia que ya quisiera yo para mí, y han solucionado mil marrones de última hora.

El caso es que, aunque sea por unos pocos días, ya me puedo dedicar a la vida contemplativa: levantarme tarde, desayunar y volver a meterme en la cama para leer un rato, salir de compras, intentar cocinarme algo que no se haga en el microondas en 5 minutos, echarme la siesta, ver telebasura, salir y relacionarme con gente... el paraiso.

Esta noche, aun está por confirmar, creo que voy a una fiesta de "singles", qui cir, una fiesta de solteros. Sí, ya sé que la idea tira para atrás, pero después de unos días en los que mis amigas (las que propusieron la idea) no me sabían aclarar si se trataba de una fiesta de "singles" o de "swingers" (para los que no lo sepan, una fiesta de intercambio de parejas), la idea me parece maravillosa, porque lo de ir a un sitio lleno de cuarentones ansiosos por pillar cacho es malo, pero ir a una fiesta en la que el rollo es intercambiar pareja SIN pareja, no es que sea malo, es que es patético.

En fin, como siempre, el resultado, en próximos posts...