Madrid de ida y vuelta
Pues la corresponsal ya está de nuevo en su islote, tras una fugaz visita de cuatro días a los madriles... breve pero intensa, como se suele decir... me ha dado tiempo a comer cantidades industriales de la comida de mami (con el consecuente aumento de la lorza cinturil-caderil), a comprar compulsivamente regalos de última hora, a babear con mi sobri, a pasar mucho frío, a correr por la ciudad tratando de esquivar las hordas de gente y a pasar un rato con los amigos que he podido. Sobra decir que he vuelto más cansada (y probablemente más gorda) de lo que me fui, y un poco triste también por dejar a los míos lejos, por haber pasado tan poco tiempo con ellos y, como no, por no haber visto a mis bloggers. ¿Y qué más? Que el centro de Madrid estaba precioso con la iluminación navideña (que pude disfrutar por cortesía de Don Santi, que se ofreció generosamente a darme una vueltecita en coche por el centro), que comí churros y me bebí por fin una caña tirada en condiciones... ¿qué más se puede pedir en cuatro días?
No hay comentarios:
Publicar un comentario