Miedo y asco en España
Una que vuelve de vacaciones suave y esponjada, apollardada tras un mes de dejarse cuidar por mamá, de vagabundear por varios puntos de la Península Ibérica sin más preocupación que qué monumento ver o qué tapa elegir en el bar, y va, y se topa con la jodía crisis.
Porque cuando es algo que te cuentan en plan “en no sé donde están echando gente” o “a no se cuantitas personas no les da para pagar la hipoteca”, pues bueno, pones cara de circunstancia y sigues con lo tuyo… pero cuando en tu propia empresa entra EL RUMOR, se te empiezan a subir los ovarios a la garganta y a decir eso de ‘virgencita, virgencita, que me quede como estoy’.
Y claro, si encima curras en un periódico que a su vez es delegación de otro bastante grande, que a su vez forma parte de un mega-cojo-grupo-de-comunicación, sabes que de las decisiones que se tomen por ahí arriba no te enterarás hasta el mismo día que estés en la calle con la carta de despido en la mano.
Y se empiezan a oír cosas… al principio, que la empresa ha eliminado todos los extras: viajes de jefes a todo tren, reunión corporativa anual, etc. Luego, te “sugieren” que nos cortemos con los gastos de gasolina, taxis, etc.
Lo chungo es cuando se pasa al momento “en Alicante han despedido a uno”, “Pepito de Murcia se fue y no van a coger a nadie para sustituirlo”, y más tarde se llega al “están pensando en dejar sólo dos personas por periódico”, “nos van a dar un portátil a todos para ahorrarse el alquiler de la oficina” e incluso “van a empezar a cargarse delegaciones enteras”.
Ahí te acojonas ya del todo, y claro, te olvidas del aumento de sueldo que querías pedir, del viaje aquel que querías hacer y te lo piensas dos veces cuando quieres cambiarte de piso y te piden 100 euros más de lo que pagas ahora.
Así esta la cosa. No nos dejan sentar la cabeza y tener una vida medianamente tranquila. Siempre con el jodido aliento de los números rojos en la nuca, siempre mirando la cuenta bancaria de principio a fin de mes, siempre sin poder hacer planes de futuro. Siento ser negativa, pero es que esto es un asco.
Porque cuando es algo que te cuentan en plan “en no sé donde están echando gente” o “a no se cuantitas personas no les da para pagar la hipoteca”, pues bueno, pones cara de circunstancia y sigues con lo tuyo… pero cuando en tu propia empresa entra EL RUMOR, se te empiezan a subir los ovarios a la garganta y a decir eso de ‘virgencita, virgencita, que me quede como estoy’.
Y claro, si encima curras en un periódico que a su vez es delegación de otro bastante grande, que a su vez forma parte de un mega-cojo-grupo-de-comunicación, sabes que de las decisiones que se tomen por ahí arriba no te enterarás hasta el mismo día que estés en la calle con la carta de despido en la mano.
Y se empiezan a oír cosas… al principio, que la empresa ha eliminado todos los extras: viajes de jefes a todo tren, reunión corporativa anual, etc. Luego, te “sugieren” que nos cortemos con los gastos de gasolina, taxis, etc.
Lo chungo es cuando se pasa al momento “en Alicante han despedido a uno”, “Pepito de Murcia se fue y no van a coger a nadie para sustituirlo”, y más tarde se llega al “están pensando en dejar sólo dos personas por periódico”, “nos van a dar un portátil a todos para ahorrarse el alquiler de la oficina” e incluso “van a empezar a cargarse delegaciones enteras”.
Ahí te acojonas ya del todo, y claro, te olvidas del aumento de sueldo que querías pedir, del viaje aquel que querías hacer y te lo piensas dos veces cuando quieres cambiarte de piso y te piden 100 euros más de lo que pagas ahora.
Así esta la cosa. No nos dejan sentar la cabeza y tener una vida medianamente tranquila. Siempre con el jodido aliento de los números rojos en la nuca, siempre mirando la cuenta bancaria de principio a fin de mes, siempre sin poder hacer planes de futuro. Siento ser negativa, pero es que esto es un asco.
5 comentarios:
negativa no, realista, isa. ahora mismo es lo que hay. pero tiempo al tiempo, que al final siempre acaban saliendo las cosas bien, casi bien o requetebien.
lo malo es que toca currar por dos, hacerse unos freelances o poner huevos en muchas cestas -si se puede, claro-.
es complicado tomárselo con calma con los ambientes turbios que van generando los rumores de empresa, pero... lo mejor es centrarse en el curro y tirar p'alante.
en eso estamos.
besos, guapa!!!
Y lo que te ronderé, morena...!
Pues sí, da miedín... Que yo estoy pendiente de una renovación de contrato y no sé qué es peor...
puf, rumore, rumore... q jartura...
pues yo he pensado que si me echan, capitalizo mi paro y me monto un bistro con tortillas de patatas y tartas de la abuela.
Jeje
Lo mejor es que como habrá un 20 por ciento de pasro, ni dios pisará el bar... quemiedito!
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