Donde el monstruo
Este fin de semana he abandonado el islote para hacer la visita de rigor que, cada mes y medio, dos meses, toca hacer a la tierra que me vio nacer. Y ha sido, o mejor dicho, está siendo, un fin de semana extraño, muy pasado por agua y entre solitario y huraño.
Tras un aterrizaje nocturno y alevoso en Barajas el jueves por la noche donde, como es habitual, nadie esperaba para recogerme (mi familia me deja siempre en manos del gremio del taxi), me encontré por los pasillos al gran Santiago Auserón (que precisamente debía estar esperando para volar a Palma, donde actuaba este sábado) Al ver que yo le miraba con cara de fan lela (Radio Futura fue uno de los primeros grupos que me gustaron y él, uno de los primeros pseudo intelectuales atormentados por los que me sentí atraida) me miró desde detrás de sus gafas de sol con cara de pocos amigos y boca torcida, a lo Rambo, así que decidí seguir mi camino, tirando de mi maletita verde, a cogerme un taxi que me llevara, cual ET, a MI CAAAAAAAAAAASA.
Y es ahí donde me he quedado prácticamente todo el finde... porque no he salido de mi horroroso pueblo pseudo natal, de ese espanto arquitectónico, de esa ciudad dormitorio conocida en el mundo entero por tener una plaza de toros con tapa, por haber dedicado un par de calles a cantantes heavys como Rosendo y ACDC y por ser el lugar en el que decidieron saltar por los aires los terroristas del 11-M. Bueno, y por el chiste ("Leganés... dónde el monstruo?" -para los que no lo pillen, léase el juego de palabras Leganés-Lago Ness... la monda, vaya-).
Los motivos? Que me ha dado pereza ir de aquí para alla, que llovia todo el rato, que, por unas razones y por otras, todo el mundo estaba ocupadísimo y me ha dado por culo, que he pasado de cogerme 20 cacharritos y medio para tomarme una cerveza en la otra punta de la ciudad. Por eso y sólo por eso me he encerrado a cal y canto en mi casita (porque, aunque desde hace casi dos años viva a 800 kilómetros de distancia, sigue siendo mi casita), donde mi madre me ha puesto un cocido tan rico como nutritivo, donde mi habitación sigue casi igual que cuando la dejé, donde mi sobrino ha corrido por los pasillos y me ha enseñado como ya sabe hacer pis él solito, sin pañales ni nada, donde me he metido en la cama a leer y me he sentado en el sofá a ver pelis.
Y este ha sido mi fin de semana. Nada que ver con el que había planeado, pero no me importa. Disfrutado está.
Eso sí, me deja la duda... si Madrid me da tanta, tanta, tanta pereza en un sólo fin de semana... volveré algún día?
4 comentarios:
Está el cielo igual de cenizo en todos sitios... Y los ánimos casi que también.
Siento no haber visto tu mail antes...
no t preocupes... si ya estoy empezando a cansarme de pedir favores de este tipo para la mierda del periódico... para lo que te lo agradecen luego los jefes...
te veré en la cena de eurovisión, no??
�Hay convocatoria? �Cuando? Si es a petardeces me apunto, por supuest�simo...
las últimas noticias que tengo es que la gran gala eurovisiva es, nuavemente, en la gata perlada...
Publicar un comentario