Momentos vacacionales
Ya ha pasado una semana desde mi regreso, y apenas me acuerdo ya de las vacaciones (el estrés, los cierres, los jefes y las búsquedas de casa es lo que tienen...). Antes de que se evapore todo, anoto los momentos vacacionales. Agridulces, aunque más dulces que agris.
- La cara de perra menopaúsica de la azafata de Iberia que me comunica que, como no llevo encima el papel que certifica que estoy empadronada en Mallorca, tengo que pagar el jodido billete de nuevo antes de embarcar.
- La cara de imbecil que se me queda al ver que en Madrid me espera el borrador de Hacienda y que este año, a pesar de lo que me cuesta llegar a fin de mes, me toca pagar una cantidad indecente.
- La exposición de retratos en el Thyssen. El bocata de calamares que me zampo después en la Plaza Mayor. El paseo por los jardines de Sabatini. La tarta de chocolate que meriendo en el Vips. La buena compañía en todo momento.
- Compras, compras, compras. Pese a que no soy muy de centros comerciales, me lo paso pipa yendo de tienda en tienda (graaaaaaaandes), probándome ropa (muchaaaaaaaaaa) y haciendo algún que otro regalo.
- Las citas con unos y otros. Todas diferentes, algunas raras, pero todas buenas.
- Abrir la puerta de mi casa del pueblo y ver una cosita de pocos centímetros, muy rubio, mirándome con los ojos (azulísimos) como platos... y que a las poco rato ya se acuerde de quien es la tía. Nos lo hemos pasado teta jugando (no sé si incluso yo más que él).
- Las sobremesas de charla con la familia. Las torrijas y demás comiditas de mamá. La salud de todos.
- Las soberbias montañas nevadas.
- La extrañeza de ver a mis "compañeros de generación" dentro de unos cuerpos y unas actitudes que ya poco tienen que ver con los que yo conocí.
- Tener que volver y que se quede tan lejos esa sensación de arropo.
2 comentarios:
Hola, primera vez que leo tu blog y esta muy agradable. Saludos
en realidad es un blog comunitario... hacemos lo q podemos... gracias, rosa!!!
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