Mi señor casero
No sé cuando mi vida comenzó a convertirse en un circo, y no en el del Sol precisamente, si no en uno cutre, tipo Ángel Cristo, con los leones embargados y todo. Que de repente me tengo que convertir en la super-super-woman-periodista-organizadora-eficaz-ama-de-mi-casa-amiga-de-mis-amigos-hijísima-de-mis-padres- todo en uno, bueno, vale, mal que mal, se hace.
Lo de aguantar las taraduras de mi casero, por ahí ya no paso.
Mi casero y compañero de piso es un tipo peculiar, de esos que a primera vista dan grimilla por su voz aflautada y, con el contacto, dan de todo menos confianza. No relataré todos los capítulos de nuestra convivencia (pacífica, probablemente porque no nos vemos en todo el día), si no solo unas pequeñas pinceladas para que nos hagamos una idea de que estamos hablando:
Capítulo calefacción: No la enciende para no gastar.
Capítulo plancha: Me persiguió por toda la casa gritando por que le había cogido la plancha sin previo aviso (y con premeditación y alevosía, podría añadir un juez). Lo peor, que con los nervios se me cayó al suelo y la rompí.
Capítulo paellera: Dejó una paellera sucia a remojo en la encimera de la cocina durante 9 días con sus 9 noches. Probablemente esperaba que creciera un arrozal en la cocina y, con los beneficios del cultivo, poder por fín encender de vez en cuando la calefacción y arreglar la plancha.
Individuos así nunca dejan de sorprenderte: este lunes me recibí una llamada suya al movil. Lógicamente, pensé que o bien se había inundado la cocina (no con el agua de la paellera, que ya había sido retirada, si no con la del fregadero, que andaba algo atascado hasta que mi compañera normal lo solucionó con un líquido "milagroso" que ha resultado ser sosa caústica), o que me llamaba para pedirme el dinero de la factura de la luz o alguna chorrada así (ya he dicho que es "ahorrador", el chico).
Iba totalmente desencaminada. La llamada era para notificarme que él y su novia (la cuarta compañera de piso, a la que he visto creo que 20 veces en los 6 meses que llevo en él) lo habían dejado. Cuando estaba a punto de decirle que a mí que coño me importaba, vino la explicación: por lo visto (no me dio detalles) la separación no debe haber sido muy cordial, por lo que ha cambiado todas las cerraduras de la casa y ha dejado las cosas de la pobre chica a los vecinos de en frente (una familia de chinos). Después de decirme que podía recoger mis nuevas llaves en el bar cutre del barrio, me pidió que, bajo ningún concepto, dejara entrar en casa a su ya ex, aunque aporreara la puerta o llorara.
Hasta el momento, la muchacha no ha aparecido por aquí, y si lo ha hecho, ha sido cuando yo no estaba. Él deambula por la casa, y al más mínimo ruído se asoma con cara de acojonado para ver quien anda por ahí e incluso el otro día se cruzó con mi compañera normal, la de la sosa caústica, en el pasillo, a oscuras, y se puso a chillar como un loco del susto.
Pensando pensando, he deducido que no debe temer a su ex, pues la pobre no levanta ni metro y medio del suelo. Mi teoría es que la ex, procedente de un país del este, tiene que tener una jartá de hermanos, primos y/o amigos muy grandes y muy burros y, seguramente, con muchas ganas de partirle las piernas a mi señor casero, por lo que al chaval no le llega la camisa al cuello...
El desenlace, en próximos capítulos...
8 comentarios:
y yo que pensaba que de tu casero y compañero de piso ya no me iba a asombrar nada... caray, se me ocurren tantas cosas:
1.- aprovecharte de la situación y acojonarle diciéndole que unos tipos con acento raro te han preguntado por él. todos enormes y con las caras cruzadas de profundas cicatrices.
2.- aprovecharte de la situación y deambular por la casa -como tu compañera normal, la de la sosa caústica- de noche y sin previo aviso.
3.- aprovecharte de la situación y hacer ruidos extraños y sospechosos, como golpecitos en su ventana, en la calefacción -que no usa-,...
4.- aprovecharte de la situación y dejarle un dedo ensangrentado debajo de la almohada (igual tienen alguno los chinos de la otra puerta -de mentira, se entiende...-.
5.- aprovecharte de la situación y decirle que alguien te robó el bolso y que luego apareció; pero que, lo más curioso de todo, es que lo único que faltaba eran las llaves...
6.- después de aprovecharte de la situación, sólo se me ocurre que salgas por pies de esa casa de locos y te metas en otra (de locos vale, pero de otro tipo).
corresponsal, tú sobre todo no le abras la puerta a ningún rumano evangelista, ni rumano comercial, ni rumano butanero, ni... (o aplíquese el país que proceda).
puf....
la táctica de enloquecer a mi casero es tentadora, lo confieso, pero no tengo tiempo para ir a buscar dedos ensangrentados por los chinos del barrio... creo que será más adecuado lo buscar otra casa, aunque mi compi normal y yo hemos hecho un pacto de sangre que o las dos o ninguna, q nunca nos abandonaremos con el tarado ese...
joer, pues "allez, allez", a buscar como locas!!!!
bueno, yo creo q por el momento esperaré, q me da pereza y ya se sabe que eso de más vale conocido...
vaya odisea!!!, je, ...ánimo. Me ha hecho mucha gracia lo que dice Rita, ya sabes...aprovechate de las circunstancias...je..
Y yo que pensaba que nada superaría a la señora administradora de nuestro casero... vaya tela...
paciencia, y si no, a buscar otro hogar dulce hogar!
un saludito
madre mia... qué cosas pasan..
qué tipejo mas raroooooooooooooooo
sal de ahi en cuanto puedas pequeña!!
Joder nenas, mudáos. Mi amigo Xab y yo nos mudamos huyendo de la maníaca cabrona con la que vivíamos. Os aseguro que temimos por nuestra integridad física, y éso no te permite descansar en casa...
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